Vivimos en un estado de guerra sin fin para la conquista global del conocimiento y la cultura. La imagen fotográfica es un arma que revoluciona y transforma nuestra sociedad todos los días; Como reflejo de lo inmediato y efímero de lo que en realidad nunca pasó, pero se reflejaba en la memoria colectiva.

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Ha sido un instrumento de persuasión política vestido con los valores de credibilidad y transparencia, pero su objetivo es animar a los alumnos del espectador a chantajearle con sentimentalismo y nostalgia. Crear inducido por la acción y la sumisión de juicios individuales apelando a las posturas de conciencia globales, ecológicas, progresistas, industrializadas y tecnológicas.

Creemos que el arte puede reunir diferentes perspectivas y abrir un diálogo entre ellas, lo que nos coloca fuera del péndulo para ver las olas, que el arte puede curar una sociedad; Pero el arte nunca aporta nada a la sociedad y se niega tonto al cambio, más allá de una tendencia impuesta por los monstruos de nuestra sociedad moderna. El arte es hoy, espectador de su propia sombra y la visión es esencial para comprender estas tendencias y transformaciones, sus posiciones o romper nuevos paradigmas en las estructuras de la comunicación humana.